
Socialismo Democrático raya la cancha a Jara por el programa
Pese a que la candidata y los partidos del oficialismo ya acordaron el organigrama del nuevo comando, Jara advirtió que se tomaría con calma la definición de los nombres que se integrarán a su campaña. Sabe que aún deben limarse algunas desconfianzas y diferencias entre los diversos sectores del oficialismo y que deberá atender a las presiones del Socialismo Democrático para definir aspectos centrales del programa, especialmente en temas económicos y de política internacional.

Con un plato de lentejas y longanizas que trajo la candidata Jeannette Jara quedó sellado este jueves el acuerdo alcanzado entre el equipo de la carta presidencial y las directivas de los partidos oficialistas sobre el organigrama de lo que será el futuro comando de la abanderada.
La militante comunista, que se impuso con más del 60% de los votos en las primarias del 29 de junio pasado, les pidió a las directivas de las colectividades del oficialismo que le propongan “lo antes posible” los nombres de los personeros que se integrarán al nuevo comando ampliado. Una o dos figuras en cada área de trabajo específico fue lo que solicitaron desde el equipo de Jara.
Sin embargo, no les impuso un plazo fijo para hacerlo. “Sabemos que hay mucha ansiedad mediática por conocer cómo será la estructura del comando, pero no tiene ningún apuro en lanzarlo, aún faltan cosas por cuajar un poco más”, aclararon desde el entorno de la candidata.
Ante los presidentes y secretarios generales de las tiendas oficialistas, Jara intentó aplacar en parte esa ansiedad. La exministra tiene claro que pese al tiempo que han trabajado juntos, tanto en el gobierno de Michelle Bachelet II y en el del Presidente Boric, aún hay desconfianzas que limar entre los diversos partidos y bloques que hoy se suman tras su figura.
“Es primera vez que tendremos una coalición conducida por una candidata comunista, no va a ser de un minuto a otro que todos vamos a ser amiguitos y todos quieran sumarse con la misma fuerza a las tareas”, señaló Jara en la reunión para explicarles que se va a tomar con calma la selección de los nombres que le propondrán desde los partidos.
A la candidata le preocupan los roces y conflictos que podrían ocurrir al interior de un comando en el que estarán reflejadas todas las fuerzas del oficialismo, algunas con posiciones muy disímiles, y que eso se vea expresado en que haya personeros que no sean capaces de trabajar con otras. “No quiero que me pase lo mismo que a Evelyn Matthei, que ha tenido que cambiar varias veces su comando”, ha admitido Jara a su círculo de confianza.
La decisión de no apresurar la conformación del su equipo de campaña fue respaldada por la mayoría de los partidos, especialmente desde el PS, aunque por otros motivos. Los socialistas ya le notificaron a Jara que ellos quieren que la integración de los equipos de campaña se haga en bloque y en paralelo a los avances en la negociación parlamentaria.
Amarrar la integración a la campaña a los avances de la negociación parlamentaria, dicen los socialistas, les permitiría una mayor capacidad de presión para exigir al PC que asuma la mayor parte de los costos de tener que ceder cupos para lograr que todas las fuerzas progresistas entren en una lista unitaria con tan sólo 183 candidaturas a repartir.
Jara se mostró de acuerdo con la petición de los socialistas. Pero, a su vez, hizo una advertencia. Ella espera dar a conocer de una sola vez la estructura completa de su comando, el primer nombre que se filtre o se autonombre, les dijo, “será el primero en quedar fuera”.

A la espera de contar con una nueva sede oficial para el comando en un lugar neutral -se dice que podrían ser las oficinas que usó Carolina Tohá para su campaña, en calle Londres-, la cita del jueves se realizó en la casa del diputado y líder del movimiento Acción Humanista, Tomás Hirsch, en la comuna de Las Condes, y no en la céntrica sede del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL), ubicado en calle Ricardo Cummning 350, donde se había gestionado hasta ahora la campaña de Jara.
Fueron los partidos del Socialismo Democrático, tras el triunfo de Jara, los que pidieron a la abanderada buscar una nueva sede que no estuviera vinculada estrechamente al PC -como sí lo está el Ical-, para dar señales nítidas de que ella ya había dejado de ser la “candidata comunista” y de que “el comando representaría a todas las fuerzas del progresismo”.
El jueves, Jara les explicó a los presidentes y secretarios generales del oficialismo cómo va el proceso de búsqueda de la nueva sede y se comprometió a acelerar los trámites. Hasta entonces, eran dos los inmuebles que su equipo seguía explorando, ambos en el centro de Santiago, pero faltaban todavía varios detalles antes de que se pudiera firmar el contrato de arriendo.
También explicitó la estructura que tendría el nuevo comando, el que no contará con un generalísmo o jefe de campaña. Si bien la idea sorprendió a algunos, todos los representantes de partidos se mostraron de acuerdo.
“El comando tendrá un jefe de gabinete”, señalaron fuentes del equipo de la candidata oficialista, quien estará a cargo de supervisar el trabajo del jefe de finanzas, de la jefatura administrativa electoral y del jefe administrativo legal. Todos ellos serán los responsables de los aspectos logísticos y financieros de la campaña.
La pelea por el programa
Además, funcionará un comité estratégico que supervisará la marcha de la campaña y “en el que todas las fuerzas estarán representadas”, aseguró la candidata. Este comité estará dividido en un área de análisis electoral y datos, otro a cargo del trabajo territorial -donde se propuso crear subequipos específicos para incorporar a los independientes, mujeres, jóvenes, la red de alcaldes, concejales y cores, pero también a los sindicatos-, el equipo de avanzada y el área programática.
Es precisamente este último equipo el que pretende copar el Socialismo Democrático, como una forma de rayar la cancha y controlar lo que serán las propuestas que presentará Jeannette Jara al país.
“Para nosotros, como socialistas, lo central es el programa. Esa es la clave. Dar garantías de un programa que represente a toda la nueva coalición”, le dijo la exministra Ana Lya Uriarte a Jara el lunes 7 de julio pasado, cuando ambas se reunieron para conversar sobre el papel prioritario que buscan desplegar el PS y el Socialismo Democrático al integrarse al comando.

El nombre de la abogada y exministra socialista cercana a la exmandataria Michelle Bachelet -y quien, además, se desempeñó en el comité estratégico de Carolina Tohá en la campaña para las primarias- había sido propuesto a Jara por la timonel del PS, Paulina Vodanovic, junto con el nombre del exministro socialista Ricardo Solari, sólo unos días después del triunfo de la abanderada comunista.
El objetivo del PS era dar una señal de que el partido se sumaría de inmediato a colaborar en el comando de Jara. Pero, en privado, le han transmitido tanto a la candidata como al PC que para ellos es fundamental participar en la elaboración del programa.
“Vamos a poner condiciones en el programa, pero son bastante simples y están conversadas previamente. No hay mucho misterio en eso, porque se trata de temas que tienen que ver con el perfil del PS”, señaló un personero socialista que ha estado involucrado en las conversaciones con el comando de Jara.
Pero no todos en el Socialismo Democrático piensan igual.
El sábado 5 de julio en la noche, durante la comisión política del PPD, el economista y exjefe programático de la campaña de Tohá, el exministro Álvaro García, expuso los reparos que tenían los equipos profesionales y técnicos que habían elaborado el programa de la abanderada del Socialismo Democrático con algunas de las propuestas económicas de Jara.
“No podemos darle un cheque en blanco a Jara. Lo primero que se debe aclarar es el tema programático, porque hay aspectos tan gruesos en el programa de Jara que son indispensables aclarar”, señaló García ante la comisión política del PPD.
Son varias las dudas y silencios que dejó el programa de apenas siete páginas que presentó Jara para las primarias, dijo García. Entre los más importantes está el incremento del salario mínimo, donde la candidata no especificó cuál era el monto que esperaba incrementar, ni en cuánto tiempo. Tampoco aclaró qué quiso decir cuando habló de cambiar el modelo de desarrollo económico de Chile para pasar a uno basado en la demanda interna. Ni tampoco dio detalles en relación a su deseo de insistir en avanzar en la negociación ramal, un compromiso de la campaña de Boric que quedó pendiente. Temas que, señaló García, podrían afectar fuertemente el crecimiento económico del país e incrementar el costo laboral en momentos en que Chile atraviesa una crisis de desempleo.
“Hay graves vacíos programáticos en lo que fue la propuesta de Jara para la primera vuelta y que es fundamental aclarar ahora. Todo el tema fiscal no figura en las siete páginas del programa de Jara para las primarias. Hay apenas una mención a crear el impuesto al alto patrimonio que no se sabe bien a qué obedece. Por lo general, el impuesto a los súper ricos es más bien simbólico, pero recauda muy poco. Ese es un tema central que requiere ser aclarado”, señalaron personeros del PPD.

Las dudas no sólo se refieren a aspectos económicos que no quedaron claros en el programa de Jara. También hay inquietud por la influencia que tendrá el PC en temas de política internacional, sobre los cuales hay claras diferencias. Incluso, la propia candidata se ha desmarcado de la defensa que ha hecho la dirección del PC, encabezada por Lautaro Carmona, de regímenes como el cubano y el nicaragüense.
A lo menos en tres ocasiones en los últimos días, antes y después de la comisión política, representantes de los lotes internos del PPD se reunieron para tratar de tomar el control de las negociaciones para la integración del comando y la negociación parlamentaria. A esos encuentros asistieron Guido Girardi, René Jofré, Natalia Piergentili, Jorge Insunza, Marco Núñez y José Toro, entre otros.
Fue allí donde se definió que el partido pusiera freno de mano al ingreso de figuras del PPD al comando de Jara, al tiempo que elevarían los cuestionamientos a las propuestas de la candidata.
La operación, sin embargo, no alcanzó a agarrar vuelo. Luego de que se filtraran las intenciones de condicionar el respaldo a Jara, se desató una fuerte tensión interna dentro del PPD.
Desde la bancada de diputados de esa tienda, integrada mayoritariamente por independientes, enviaron una carta pública a la dirección del partido rechazando que se buscara imponer condiciones al respaldo de la abanderada del oficialismo. También se manifestaron en contra el presidente del partido, senador Jaime Quintana, y otras figuras, como el senador Ricardo Lagos Weber.
De hecho, Lagos Weber asistió el jueves a la reunión de coordinación entre Jara y los partidos del oficialismo en casa de Tomás Hirsch, cita a la que se sumaron también el secretario general del PPD, José Toro, y el vicepresidente de la tienda, Cristóbal Barra.
La pugna por el control del programa de la candidata oficialista no llegó siquiera a ser tema de controversia en el equipo más cercano a Jara. No fue necesario. Ella volvió a remarcar que está dispuesta a revisar todo y a incorporar las propuestas de todas las fuerzas, incluidas las del Socialismo Democrático. “Después de las primarias lo que ocurre aquí es un reseteo tanto de comando como de programa”, señaló la abanderada.
“Hay varias cosas que nosotros vamos a tener que revisar, porque nos conformamos con una alianza mucho más amplia y eso a mí me alegra, porque la centroizquierda puede ser mayoría en esta elección presidencial”, remarcó Jara al término de la reunión con los presidentes de partidos.
En esa cita, aparte de discutir sobre el organigrama del nuevo comando, la mayor parte del tiempo estuvo destinado al análisis político y a definir la estrategia de campaña de los próximos días.
“Se ve una ventana de oportunidad para ganarle a la derecha. Algo que hasta hace muy poco no se veía”, comentaron varios de los presentes. No había exitismo en esas declaraciones, aseguran. Varios estudios cualitativos que han llegado al comando de Jara dan cuenta de que si la campaña se aleja de la disputa entre izquierda y derecha, y se focaliza en la pugna entre pueblo versus élite, los resultados podrían ser mejor de lo esperado.
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