En el gobierno salieron a defender el mea culpa realizado por el Presidente Gabriel Boric ayer domingo en su última Cuenta Pública.

Es que en su discurso, que duró dos horas y 31 minutos, el Mandatario admitió que su gobierno tuvo al inicio un diagnóstico errado respecto de las fuerzas que tenía para avanzar con su plan de reformas.

“¿Cómo valorar los logros alcanzados sin caer en la autocomplacencia, reconocer tropiezos y errores sin ser derrotista, asumir los cambios de timón cuando fue necesario hacerlos, e identificar los desafíos pendientes con decisión, pero sin voluntarismo? (...) Estas son preguntas que me hacía mientras preparaba esta cuenta”, dijo Boric, quien agregó que eran “preguntas difíciles”, pero que pretendía abordarlas en su discurso con “humildad, firmeza y honestidad”.

En la habitual vocería de los lunes, la ministra secretaria general de Gobierno (s), Aisén Etcheverry, recalcó: “Se ha hablado mucho de esta idea del mea culpa, cuando en realidad la aproximación que creo uno debiese tener y que fue planteado ayer en la Cuenta Pública es la de la capacidad de leer, de ajustar, de entender el contexto, sin nunca perder de vista cuáles son los principios y cuál es el horizonte al que se quiere llegar”.

Asimismo, planteó que cumplir con la promesa de avanzar en mayor justicia social supuso “ir enmendando el rumbo, ir haciendo ajustes, ir calibrando las prioridades y los énfasis y hacer eso, contrario a lo que muchos han tratado de plantear, no es un error, no es una falla, es todo lo contrario, es liderazgo, es la capacidad de entregar gobernabilidad y es la capacidad efectiva de poder avanzar”.

En ese punto, la portavoz (s) del Ejecutivo puso como ejemplo la reforma de pensiones, al señalar que “se logró construyendo acuerdos, se logró con generosidad y se logró dándole gobernabilidad a la discusión política y a los cambios que Chile necesita”.