
Clínicas de fertilidad: el negocio que crece cuando baja la natalidad
Han venido ganando terreno a medida que ha aumentado la edad promedio de la maternidad. A nivel internacional estas compañías han acaparado la atención de los inversionistas. En Chile, tres centros privados de fertilidad -dos de ellos con capitales extranjeros- se han posicionado como los principales del país. En Chile se hacen cerca de 9 mil ciclos de fertilidad al año, más del doble que hace cuatro años. Pero sigue siendo bajo en relación al estándar internacional.

A medida que las mujeres han postergado su decisión de ser madres, y que disminuye la tasa de natalidad, los tratamientos de fertilidad han ido al alza a nivel global.
Las proyecciones solo apuntan a que esta actividad puede seguir creciendo, y los inversionistas lo han notado, comprando participación a los médicos que inicialmente fundaron sus propias compañías de este tipo en el mundo.
Aníbal Scarella, presidente de la Sociedad Chilena de Medicina de Reproducción y miembro del directorio de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, comenta que en Chile hay unos 13 centros de fertilidad que se dedican a la reproducción asistida.
Solo dos de ellos tienen orientación pública: el Instituto de Investigaciones Materno Infantil (Idimi) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, que opera en el Hospital San Borja; y la Clínica de Reproducción Humana de la Universidad de Valparaíso (Crhuv), de la que Scarella es director.
En el sector privado, en tanto, tres centros de fertilidad son los que más repiten entre quienes conocen del tema. Solo uno de ellos es totalmente chileno, Meds. Los otros dos, son parte de empresas líderes en fertilidad a nivel global: IVI, de origen europeo; y SG Fertility, de capitales estadounidenses.
Capitales extranjeros
En 2023, KKR & Co., uno de los mayores gestores de fondos de inversión del mundo, con sede en Nueva York, compró en casi 3.000 millones de euros el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI-RMA Global), donde los socios originales, médicos, conservaron una participación minoritaria. Según informaron medios españoles en ese momento, la valoración de la compañía representó más de 25 veces su Ebitda.
Chile es precisamente uno de los 15 países donde opera esta empresa que tiene más de 190 centros repartidos por el mundo. IVI llegó a Chile en 2007 y fue uno de los primeros centros privados del país que se dedicó exclusivamente a temas de medicina reproductiva y fertilidad.
SG Fertility, que llegó una década después, se ha posicionado en poco tiempo como otro de los líderes locales. Conocida en EE.UU. como Shady Grove Fertility, opera hace más de 30 años en ese país. Es parte de una alianza llamada US Fertility, la red de clínicas de fertilidad más grande en EE.UU. Fuera del gigante norteamericano, Chile es el único país donde la empresa tiene operaciones.

Aquello lo logró la ginecóloga y obstetra chilena especialista en fertilidad, Lorena Pardo. En 2015 la doctora contactó a Eugenio Katz, médico chileno que trabajaba en SG Fertility y quien hizo el nexo con la firma estadounidense. Pardo viajó a Washington con un plan de negocios y un proyecto médico bajo el brazo. Y le fue bien.
Volvió a Chile y puso manos a la obra. Dos años después, en 2017, empezaron a operar en Vitacura, con un equipo de 14 personas. Pardo cuenta que han superado las metas que tenían en mente, y ya son 90 personas en el equipo. Proyectaban partir con 200 ciclos de fertilización asistida y al año quinto tener 1.000 ciclos. Pero finalmente comenzaron con 350 ciclos y el año pasado ya eran cerca de 1.500.
En 2021 la compañía logró el break even y empezó a tener utilidades.

“Nuestra idea siempre fue armar una clínica que tuviera la mejor tecnología y la mejor calidad y estándar de laboratorio, que es finalmente lo que te da los resultados, pero sin hipotecar ninguna de las otras cosas, y fundamentalmente haciendo una medicina que fuera humanizada, que fuera con contención de cara al paciente”, comenta Pardo. En esto último pone especial énfasis.
La participación mayoritaria de SG Fertility en el país la ostenta la compañía estadounidense, pero tiene cinco socios chilenos que hoy poseen el 35% de la filial local: los ginecólogos especialistas en fertilidad Mauricio Mondion, Lorena Pardo, Sergio Varela, Cristian Jesam, junto con la embrióloga directora del laboratorio de fecundación in vitro, Francisca Jeria.
“La verdad es que al compararnos con todas las clínicas de EE.UU., nuestros valores siempre están en el segundo o tercer lugar en términos de resultados. Nosotros nos evaluamos según tasas de embarazo, número de ciclos, tasas de descongelación y congelación de óvulos. Eso es lo que mides como endpoint clínico", explica Pardo.
Meds
Entre las clínicas, Meds destaca tiene una de las mejores unidades de fertilidad, reconocen quien mejor conocen el negocio. Esto ocurrió después de que compró un centro especializado en fertilidad.
El doctor Ricardo Pommer, jefe de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Meds, venía de ese centro. Cuenta que partieron allá en años 2000 en la Clínica Las Nieves, en Santa María 5950, siendo uno de los más grandes de esa época. En 2011 el equipo se trasladó a Clínica Monteblanco, en Camino a Farellones, kilómetro 4.
“Ahí crecimos mucho. Y hace un año y medio hicimos una fusión entre la Unidad de Medicina Reproductiva Monteblanco y Clínica Meds. Ha sido una experiencia increíble, porque Meds está apostando a la excelencia tecnológica, y nos encontramos con este muy buen partner para hacer un centro gigante y con una perspectiva no solamente en tecnología y medicina, sino que también con un compromiso país”, comenta.

Ahora están en Lo Barnechea. Explica que la cantidad de tratamientos de fertilidad ha aumentado persistentemente y espera que eso solo siga subiendo, de la mano de la expansión en la que está embarcada Meds, que instalará un nuevo centro en La Florida. Allí harán atenciones de baja complejidad, pero atenderán los mismos médicos de la Torre Núcleo Los Trapenses, donde resuelven los asuntos de alta complejidad.
Congelar óvulos, lo que más crece en Chile
Antes de 2012, la mayor cantidad de nacimientos en el país era de madres que tenían entre 20 y 29 años. Pero desde 2019 son las madres de entre 30 a 34 años las que concentran la mayor proporción de nacimientos, sumando 45.674 en 2024, o un 29,6% del total, según el INE.

La educación y el acceso en Chile han estado centrados en fomentar el uso de anticonceptivos y preservativos para evitar embarazos no planificados, pero no se ha puesto foco en alertar que al subir la edad promedio de la maternidad también aumentan las dificultades para lograr un embarazo.
Por eso han venido ganando terreno los centros dedicados a fertilidad, porque precisamente las posibilidades de embarazo se reducen de manera relevante desde los 35 años y la probabilidad de malformaciones congénitas aumenta.
“Ahí quedamos bastante al debe. Lo que pasó es que no hicimos una medicina preventiva, primero de educar, porque lamentablemente, la reproducción tiene una edad”, comenta Ricardo Pommer. “La opción de fecundidad que tiene una mujer a los 20 años es del 25%, y cuando uno tiene 40 es solo del 5%”, agrega.
Aníbal Scarella cuenta que en Chile se hacen cerca de 9 mil ciclos de fertilidad al año, incluyendo fecundación in vitro, preservación de óvulos, todo. La gran mayoría de ellos se realizan en el sector privado. Hace cuatro años, eran cerca de 4 mil ciclos.
Pese a este incremento, Scarella explica que sigue siendo un nivel muy bajo si se compara con la experiencia internacional, donde se observa que se realizan cerca de 2 mil ciclos anuales por cada millón de habitantes. Eso significa que Chile está muy por debajo de los más de 30 mil ciclos que debería registrar.
Este 2025, en comparación a 2024, Meds estima un aumento del 30% en pacientes que quieren criopreservar óvulos y embriones en su clínica. Asimismo, proyectan un alza del 20% en pacientes que visitarán su Unidad de Medicina Reproductiva versus 2024, según sus números hasta mayo.
Por su parte, en SG Fertility realizaron un total de 2.541 tratamientos en 2024. De ellos, 1.529 fueron punciones, es decir, tratamientos in vitro y congelación de óvulos.
Lo primero es lo que más realizan, tal como ocurre en todos los centros de este tipo; pero lo segundo es lo que más viene creciendo, ya que las preservaciones de óvulos aumentaron un 54% entre 2022 y 2024, y hoy representan cerca de un 37% de los tratamientos en SG Fertility.

Cuando Pardo comenzó a trabajar en este tema, alrededor del año 2010, “las mujeres que venían a preservar fertilidad eran realmente pocas, y siempre estaba asociado a un contexto de no tener la pareja correcta. Ese sigue siendo el motivo más frecuente para guardar óvulos, pero ahora se han agregado otras cosas, como la postergación, porque no estoy segura que quiero tener guagua, porque me voy a ir a estudiar, porque laboralmente hablando me afecta, etcétera, y la verdad es que la tasa de crecimiento ha sido impresionante”, explica.
También tienen un programa de congelación de óvulos para pacientes oncológicas, en el que han hecho 30 tratamientos pro bono anuales en los últimos tres años en este ámbito. “Son pacientes que están con un cáncer, y que tienen que guardar óvulos antes de partir su terapia, y eso lo tenemos demasiado bien armado, porque derivan a la paciente y al día siguiente le estamos haciendo el tratamiento”, comenta Pardo.
“En fertilidad no existe una actitud preventiva, siempre existe una actitud curativa, y la preservación de fertilidad tiene que ser algo preventivo, tienes que hacerlo cuando estás bien, no cuando ya estás mal, y ese discurso es lo que todavía no está a caballo en todos los ginecólogos y eso es lo que uno ha tratado de fomentar. En todo caso, efectivamente las pacientes ahora están llegando a menores edades”, comenta Pardo. ¿Cuándo congelar óvulos? “Mientras antes, mejor”, responde la doctora.
La cobertura
En el sector privado, los tratamientos in vitro pueden costar entre $ 4,5 millones y $ 7 millones. En tanto, congelar óvulos cuesta entre $ 3,5 millones y $ 4 millones, y luego se paga un mantenimiento mensual de entre $ 20 mil a $ 25 mil, aunque hay centros que ofrecen algunos años sin costo.
En el sistema público no existe cobertura para congelar óvulos de manera preventiva. Las isapres tampoco lo financian. Pero sí hay cobertura para otro tipos de tratamientos de fertilización asistida, de baja y alta complejidad.
Los de baja complejidad, es decir, inseminación artificial, se entregan en el sistema público de salud desde 2011 con copago cero, y desde 2014 se puede acceder en la Modalidad Libre Elección (MLE) a través de Pago Asociado a Diagnóstico (PAD), donde tienen un 60% de cobertura.
Es que fue recién en 2013, durante el primer gobierno del expresidente Sebastián Piñera, cuando se reconoció la infertilidad como una enfermedad y se creó un bono PAD con este fin.
“Ellos se la jugaron y se idearon 10 códigos Fonasa. Al crearlos, las isapres también tuvieron que dar cobertura, según el plan de cada paciente. Desde nada, a algo, fue sumamente bueno. Pero quedamos al debe en esa ocasión, solamente pensamos en una medicina curativa, que eran personas que ya tenían el diagnóstico de infertilidad, es decir, para parejas heterosexuales”, comenta Pommer.
Los programas de fertilización asistida de alta complejidad, como fertilización in vitro (FIV) o Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI), comenzaron en el sistema público con un programa piloto en 1992 en la Modalidad de Atención Institucional (MAI), con copago cero.
Luego esto “fue creciendo para volverse una prestación propiamente tal. En el año 2019 se incorporan a la MLE a través de PAD”, comentan desde Fonasa, modalidad en que los tratamientos de alta complejidad tienen un 50% de cobertura.
Según cifras de Fonasa, en la MAI se hicieron 403 tratamientos de alta complejidad en 2024. Los PAD de fertilización asistida de alta complejidad en la MLE sumaron 1.100 prestaciones. Estos tratamientos in vitro pueden costar cerca de $ 1,8 millones a las pacientes.
“El año 2025 incluimos el examen de hormona antimülleriana, que permite medir la reserva ovárica de las mujeres, y gracias a la que es posible definir el mejor tratamiento de fertilidad”, comenta el director de Fonasa, Camilo Cid.
En su última cuenta pública, el Presidente Gabriel Boric adelantó que presentarán un proyecto de ley para facilitar la fertilización asistida. En ese sentido, Cid comenta que este anuncio “apunta a una ley que regule este tipo de tratamientos, lo que nos permitirá seguir avanzando y evaluar nuevas prestaciones para continuar facilitando el acceso de las personas a terapias de fertilización con protección financiera”.
Claudio Villarroel, director del Idimi, explica que quien lidera es un programa gestionado para el sistema público por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, que opera en el Hospital San Borja. El Idimi también es el centro de formación de casi todos los especialistas de este tipo en el país.
En fertilización in vitro, ellos manejan el 90% de los ciclos que se hacen en el sistema público, “que es gratuito para todas las pacientes de Fonasa, siempre que sean derivadas desde el servicio público desde Arica a Punta Arenas”, con excepción de algunas regiones que les corresponden a Valparaíso, y otras a Concepción.
Actualmente, comenta que el 98% de los cupos que les asigna Fonasa los cubren, no hay lista de espera. Pero como hay cupos limitados, “no alcanza a cubrir la necesidad existente en el país con la baja tasa de natalidad”, explica. Ahora están empujando para que sean aumentados, junto con mejorar la cobertura en los programas PAD.
Villarroel asegura que este último “es uno de los sistemas de financiamiento de los programas de fertilización in vitro que ha crecido más en los últimos años, mucho más que el cubierto por isapres, porque las isapres ponen mucha restricción para cubrir los ciclos, aunque existan los códigos”.
También cuenta que hace un par de años las mujeres solteras, o parejas de mujeres del mismo sexo, no podían acceder a los tratamientos de baja complejidad, de inseminación intrauterina, en el sistema público. Pero consiguieron que el programa gratuito sí lo permita.

Mercado Libre y Walmart dan cobertura a sus trabajadoras
En 2013, Facebook empezó a cubrir el financiamiento para sus trabajadoras que quisieran congelar óvulos. Poco después se sumó Apple. En Latinoamérica, Mercado Libre fue pionero al anunciar a mediados del 2022 apoyo económico para la preservación de óvulos.
En Mercado Libre comentaron que financian hasta un 70% del costo del tratamiento para las colaboradoras (o cónyuge del titular) que necesiten o elijan extender su ciclo de fertilidad, con un monto tope de US$3.500 por tratamiento por única vez.
Desde su lanzamiento hasta el cierre del 2024, contaban con 192 casos de aplicación del beneficio, siendo Argentina, Brasil y Chile los países con mayor cantidad de casos totales. En Chile, 15 trabajadoras han hecho uso del beneficio en ese periodo.
En Walmart también dan cobertura a sus trabajadoras, desde 2023. Miguel Ángel Ruiz, gerente de personas de la empresa, explica que “consiste en un aporte económico del 50% del copago realizado por la colaboradora, pagado en una de estas dos situaciones: preservación de óvulos o tratamiento de fertilización asistida de baja o alta complejidad”, explica.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.