Que la informalidad laboral se reduzca es una buena noticia en sí misma. Y en Chile desde hace seis meses se vienen destruyendo ese tipo de puestos de trabajo. En este trimestre terminado en abril hubo una baja de 216.807 empleos informales completando seis meses de caídas. Así, la tasa de ocupación llegó a 25,8%, la más baja del actual gobierno.

Sin embargo, la creación de empleo formal no ha logrado compensar esos menores puestos de trabajo. Un ejemplo de aquello es que si hace un año se creaban más de 300 mil puestos de trabajo, en el trimestre enero-marzo fueron 80 mil, y ahora en el trimestre febrero-abril se generaron solo 20 mil nuevos puestos de trabajo, siendo la cifra más baja desde febrero-abril del 2021, en plena pandemia.

Un reflejo de aquello es que la fuerza de trabajo, es decir, las personas que están buscando trabajo son mayores a los empleos que la economía está generando. En el trimestre febrero-abril, la fuerza de trabajo creció 0,6%, mayor a la presentada por las personas ocupadas (0,2%), lo que presionó al alza la tasa de desempleo.

Precisamente el foco del “Zoom de Género”, informe laboral con enfoque de género del OCEC UDP, ChileMujeres y la Cámara de Comercio de Santiago, fue analizar la caída de la tasa de ocupación informal.

En el análisis mencionan que, en este ciclo, "el hecho de que la tasa de desempleo esté aumentando da cuenta de que el dinamismo de la creación de empleo formal en definitiva es insuficiente, en especial considerando que la tasa de desempleo de 8,8% en el trimestre febrero-abril 2025 es considerablemente mayor al observado en la década pasada, cuando promedió 6,9% entre 2010 y 2019”.

En el estudio afirman que se pasó de un aumento anual de 54.202 empleos informales en agosto-octubre 2024 a una caída anual de 216.807 empleos informales en febrero-abril 2025. “Considerando que la variación anual de la población en edad de trabajar es muy estable, esto implica que la evolución de las variaciones anuales del empleo informal puede ser explicados por la evolución de los cambios en el empleo formal, los desempleados y los inactivos”, es decir, personas que están dejando de buscar empleo.

En este análisis subrayan que una fracción relevante de los movimientos en la variación anual del empleo informal en los últimos 6 meses se explica por los cambios en el desempleo y, especialmente en la inactividad laboral.

En cifras lo detallan así: mientras en agosto-octubre 2024 la inactividad exhibía una caída anual de 31.047, en febrero-abril 2025 tuvo un aumento anual de 91.736. Mientras que los desempleados mostraban una caída anual de 14.905 en agosto-octubre 2024 a exhibir un alza anual de 37.479 en febrero-abril 2025. En consecuencia, el paso de un aumento anual de 54.202 empleos informales en agosto-octubre 2024 a una caída anual de 216.807 empleos informales en febrero-abril 2025 se explica mayoritariamente por un aumento de la inactividad laboral y el desempleo y, en menor medida, a un aumento del empleo formal.

Los inactivos subieron en 91.736 personas en abril, respecto al mismo período del año pasaso, mientras los desempleados lo hicieron en 37.478.

Por ello, enfatizan que “la profundización de la destrucción de empleo informal en los últimos 6 meses se asocia en parte importante a un traslado hacia el desempleo y la inactividad laboral”.

Carolina Molinare, investigadora del OCEC-UDP, explica que “al desagregar por género, el panorama es distinto. En las mujeres, la caída en la informalidad se debe mayoritariamente por un aumento en el empleo formal, lo que sugiere una transición positiva. En los hombres, en cambio, el descenso en la informalidad ha estado vinculado sobre todo a un aumento del desempleo y la inactividad, lo que indica un deterioro en su inserción laboral. Esto evidencia que la caída de la informalidad ha tenido efectos diferenciados según género y que, en general, el dinamismo del mercado laboral formal no ha sido suficiente para absorber la caída de empleos informales”.

¿En qué segmentos cae con mayor fuerza?

De acuerdo al análisis, al trimestre febrero-abril 2025 se registró una disminución anual de 2,7 puntos porcentuales en la tasa de ocupación informal de mujeres. Entre las mujeres que viven en hogares con presencia de menores de 3 años, la tasa de ocupación informal cayó en 5 pp en el último año, mientras que en el segmento de mujeres que viven en hogares sin presencia de menores de 3 años la tasa de ocupación informal cayó en 2,5 pp en dicho lapso.

En el caso de los hombres, las disminuciones de la tasa de ocupación informal en base a este desglose son de 4,3 pp y 1,9 pp, respectivamente. Asimismo, las cifras dan cuenta que la tasa de ocupación informal es significativamente mayor entre quienes ejercen su ocupación en lugares de difícil fiscalización (en la calle o vía pública, en el hogar propio o en la casa del cliente o el empleador).

Otro dato que entregan es que la tasa de ocupación informal entre las mujeres ha caído con mayor fuerza entre quienes ejercen en lugares de difícil fiscalización: -5,2 pp entre quienes ejercen en la calle, -3,7 pp entre quienes realizan las tareas principalmente en su propio hogar y de -2,6 pp entre quienes ejercen en la casa del cliente o el empleador.

En el caso de los hombres también tiende a darse este patrón, aunque con disminuciones de la tasa de ocupación informal de menor magnitud entre quienes ejercen en lugares de difícil fiscalización.

Por sector económico, las cifras revelan que la tasa de ocupación informal se redujo 4,3 pp respecto al mismo periodo del año anterior entre las mujeres que ejercen su ocupación en la Industria manufacturera, mientras que entre las mujeres que ejercen en el Comercio la caída fue de 3,8 pp. Entre los hombres se observan importantes reducciones de la tasa de ocupación informal en las ramas de Comercio, Alojamiento y servicios de comida y en la Industria manufacturera.

Otro de los temas que resalta el análisis es la tasa de participación laboral de hombres y mujeres con presencia de menores de 5 años en el hogar es un indicador clave para entender cómo las responsabilidades de cuidado influyen en las decisiones laborales.

“La brecha de género de participación es de -19,3 pp en desmedro de las mujeres, ésta aumenta a -25,7 pp respectivamente en hogares con presencia de niñas y niños en edad preescolar en el hogar”, sostiene el informe.

Sala Cuna, el proyecto clave

Para impulsar el ingreso al mercado laboral formal, el informe resalta la idea de que se debe avanzar en incentivos que fomenten la contratación, especialmente de mujeres. “Resulta prioritario dar urgencia al proyecto de ley que reforma la ley de sala cuna, con el objetivo de desvincular su costo de la contratación femenina y extender este derecho a todas las madres y padres”, dice Molinare.

Para la economista, “esta reforma es clave para avanzar en una inserción laboral más equitativa, reconociendo que las responsabilidades de cuidado deben ser compartidas entre ambos padres y no recaer exclusivamente sobre las mujeres, como ha sido históricamente”.

María José Díaz, gerenta general ChileMujeres, acota que “es fundamental reformar las leyes que dificultan y encarecen la contratación de mujeres”. Por ello, para ella es urgente acelerar el proyecto sobre sala cuna, “para desvincular el costo de sala cuna de la contratación de mujeres y extender el derecho a todas las madres y a los padres trabajadores dependientes, independientes y de casa particular”.

María Teresa Vial, presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) sumó otro elemento para impulsar el mercado laboral formal. Para ello, se debe “diseñar una estrategia para ayudar al sector productivo a absorber los aumentos de costos que implican las medidas ya implementadas o en proceso de implementación como alzas de salario mínimo, reducción de la jornada laboral, aumento en 7 puntos de la cotización provisional de cargo del empleador, entre otras”.