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Iván Arriagada, por aranceles de Trump: “No creo que esto signifique cambios estructurales en el mercado de cobre”

El CEO de Antofagasta Minerals, el brazo minero del grupo Luksic, prevé que el anuncio de Donald Trump de imponer un arancel del 50% a la importación del cobre traerá volatilidad de precios en el corto plazo y cambios moderados a mediano plazo. Dice que las trabas al comercio introducen mayor incertidumbre en la toma de decisiones de inversión, lo que, en todo caso, no altera los planes del grupo. La minera tiene un proyecto en Minnesota que podría beneficiarse del deseo autárquico de Trump. “Hay un ambiente más favorable, pero no hay cambios materiales”, dice el ejecutivo sobre esa iniciativa.

12/12/2024 - IVAN ARRIAGADA - Mario Tellez / La Tercera MARIO TELLEZ

El presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, Iván Arriagada, compara el deseo del presidente Donald Trump de autoabastecerse localmente de cobre con una decisión estratégica similar adoptada hace años con el petróleo. Pero aquello no será inmediato, cree, y tampoco alterará la estructura del mercado global del cobre.

El brazo minero del grupo Luksic tuvo ventas en 2024 por US$ 6.613 millones y colocó casi un 30% de su producción en Japón, un 19,5% en China y solo un 7,1% en Estados Unidos, hasta donde solo exporta un producto refinado: cátodos de cobre. Igual que el resto de la industria, Arriagada espera más claridades: qué productos serán gravados con el 50% de arancel anunciado a las internaciones del mineral y si habrá países exceptuados, por ejemplo. Chile aporta cerca del 60% de las importaciones estadounidenses. En esta entrevista, repite más de una vez que no es partidario de la política trumpista. “Como país productor de cobre, promovemos más el principio de la libertad de comercio y el multilateralismo que un modelo autárquico”, afirma.

-¿Cómo se explica usted la decisión de Trump de imponer aranceles al cobre?

-Lo que está detrás es promover una política de industrialización local que, además, resulte en un mayor grado de autosuficiencia en el suministro de los metales críticos y, en particular, del cobre. Una de las políticas que ha declarado el presidente Trump es reducir la dependencia de la producción y el suministro de los metales críticos. Por ejemplo, lo que de alguna manera Estados Unidos hizo en el pasado con el petróleo: fue dependiente por muchas décadas del suministro del Medio Oriente y después de promover e impulsar el fracking en la industria del petróleo, que fue una tecnología que cambió el balance de oferta y demanda, Estados Unidos hoy día es superavitario. Creo que tiene que ver con un objetivo estratégico asociado a la seguridad nacional y el desarrollo local…

-Eso no puede ser un objetivo de corto plazo. ¿Cuánto puede tardar Estados Unidos en ser autónomo en cobre?

-Eso es muy importante, porque, efectivamente, los proyectos de cobre son de larga duración y maduración, y hay que medirlos en periodos de cinco años o más, que es lo que demorarían algunos proyectos en poder echarse a andar. Ahora, no es que yo esté de acuerdo con lo que se ha declarado. En general, el mundo en los últimos años más bien ha favorecido el intercambio comercial libre, multilateral, y eso es lo que trae más prosperidad económica, más crecimiento y desarrollo. En el caso de Chile, somos una economía pequeña, se ha seguido una estrategia muy consistente de ser un buen socio comercial por muchos años, con países como Estados Unidos, países del Sudeste Asiático y en eso nos hemos ganado una posición muy importante. A nosotros nos favorece indudablemente el comercio libre, promueve una industria de exportación, dos tercios del PGB del país están asociados al comercio exterior. Un escenario de tarifa no es un escenario que nos favorece y, en el largo plazo, a la economía global tampoco…

-Si no lo favorece, ¿cómo perjudica a Chile en el corto, mediano y largo plazo?

-Las trabas al comercio introducen mayores niveles de incertidumbre en la toma de decisiones de inversión y cuando eso ocurre, normalmente los proyectos se demoran más, y hay mayor ambivalencia respecto de invertir en algunos proyectos que puedan ser marginales, porque dependen de condiciones que no son estrictamente económicas, sino que tienen que ver con la discreción que se utiliza para aplicar ciertas políticas públicas. La minería necesita reglas de largo plazo.

Hay que seguir invirtiendo. El cobre es deficitario cuando uno lo juzga contra las proyecciones que hacen la gran mayoría de los analistas y, por lo tanto, hay que motivar, incentivar proyectos. Y restricciones al comercio generan cambios en los flujos de comercio, en los incentivos, que a la larga significan mayores niveles de incertidumbre, que pueden ralentizar la inversión…

-Imagino que en el corto plazo ustedes no revisarán inversiones por este episodio…

-No, yo lo pongo en una perspectiva de largo plazo. Al revés, estamos invirtiendo fuertemente en Nueva Centinela, donde estamos haciendo una expansión de la planta concentradora; recién presentamos el permiso para extender la vida útil de Pelambres. No, lo digo en un contexto más mediano a largo plazo. Ahora, lo que ocurre es que el cobre está en déficit y se requiere promover más producción, y en ese sentido, Chile está en una buena situación. El consumo de cobre de Estados Unidos representa menos del 10% de la demanda global, por lo tanto creo que algunos de estos efectos van a ser más bien transitorios, van a significar mayor volatilidad en el precio de corto plazo, porque se producen flujos de comercio que obedecen a estos incentivos; hay acumulación de inventarios, por ejemplo, como la ha habido en Estados Unidos, que ahora tiene que normalizarse. Pero más allá de eso, la realidad del balance de oferta y demanda es que en el mediano y largo plazo necesitamos más cobre, hay escasez relativa de cobre, por lo tanto, los fundamentos son sólidos.

-¿Esa escasez explica que la acción de Antofagasta haya subido un 16% este año?

-Yo no puedo, por ser una compañía listada, comentar los movimientos y los precios de las acciones nuestras, pero si uno mira lo que ha ocurrido con las acciones de las compañías que producen cobre, estas han reflejado lo que tú dices, que tiene que ver con esta condición fundamental de que el cobre se requiere en mayores cantidades y hoy es difícil identificar las fuentes de donde esta puede venir. Ahora, con estos aranceles se produce un ambiente más favorable para el desarrollo de proyectos mineros en Estados Unidos, porque esto está acompañado probablemente de otras medidas, como reducir los tiempos para los permisos. Entonces eso va a significar una mayor producción potencial en Estados Unidos, lo que también es bueno para ir balanceando este déficit entre oferta y demanda. Pero hay que entender que el potencial minero depende de los recursos, y Chile está en una posición bien privilegiada. Estados Unidos fue hace muchos años un gran productor de cobre, hoy la producción está en el orden de las 800 mil toneladas. Chile produce 5,5 millones, por lo tanto, siempre va a ser necesario y conveniente mantener el comercio con un país productor de cobre como Chile.

-¿Han tenido contacto con sus clientes en Estados Unidos? ¿Quiénes son?

-Algunos son traders, otros son clientes directamente. He tenido contactos con fabricantes de productos que utilizan el cobre importado de Chile y ellos también han visto con mucho interés qué es lo que sucede con los aranceles. Hay que entender si estos aranceles van a ser aplicados sobre el cobre que se importa refinado, que es lo que ellos usan como productores locales para hacer sus tuberías, láminas, alambrón de cobre, o se va a aplicar sobre esos productos, porque si es sobre el cobre refinado, que es un insumo, a ellos les va a subir el costo probablemente. Si es sobre los productos que ellos venden, entonces van a tener una ventaja. Esa es la preocupación de los clientes. Ahora, si efectivamente Estados Unidos relocaliza algunas de sus industrias de vuelta en territorio americano, en sectores industriales, electrónica, va a significar una mayor demanda de cobre, lo que también miramos con interés, porque eventualmente significa que los clientes en Estados Unidos van a demandar más y van a haber oportunidades.

-¿Un alza del 50% se traspasa en su totalidad a los clientes o los compradores pueden exigir compartir el costo?

-Puede haber acuerdos, pero como el cobre refinado es un commodity, ingresa a Estados Unidos al precio de mercado y después se le aplica esa tarifa, que la tiene que finalmente pagar el importador. Si el importador es un cliente local, entonces es de cargo del cliente local.

-Si se produce un alza del 50%, tendrá sí o sí un efecto en la demanda en Estados Unidos… ¿Ustedes pueden redestinar el 7,1% que venden ahí a otros mercados?

-Sí, como el cobre es un commodity, como vendedores podemos siempre redireccionar ese flujo. Ahora, en la medida en que el arancel es un impuesto sobre el cobre refinado, y el precio doméstico es el precio paridad de importación, una tarifa va a subir el precio doméstico y la capacidad de los productores locales de traspasar ese precio a sus clientes finales va a ser muy importante para ver si lo terminan pagando ellos o el usuario final.

Hay otro factor importante: Estados Unidos exporta una gran cantidad de chatarra para reciclaje de cobre a China; China refina esa chatarra-cobre y una parte vuelve a Estados Unidos. Una de las interrogantes es si va a haber alguna restricción para que Estados Unidos exporte esa chatarra. En la medida en que esa chatarra quede en Estados Unidos y exista capacidad de fundición y refinación, eso también es una fuente de producción local. La dificultad de Estados Unidos es que tampoco tiene capacidad excedentaria de fundición y refinación, por lo tanto, si esa chatarra se limitara en su exportación, tendrían que construir una fundición o echar a andar fundiciones y refinerías que no tienen actualmente para poder producir ese cobre. Ahora, eso tiene plazos más cortos, se puede demorar entre uno y dos años.

-Si se ejecutan estos aranceles del 50%, ¿qué cambios estructurales pueden producir en la industria del cobre?

-Hay que ver cuáles son las medidas específicas: si son sobre el cobre refinado o sobre los semifabricados de cobre; o si hay alguna exención. Esto ha ocurrido, Chile o algún país podrían tener exención. No tenemos esa información. Pero suponiendo de que nada de eso ocurra y es un arancel parejo, dado que Estados Unidos consume menos del 10% del cobre los efectos más bien serían moderados.

No creo que esto signifique cambios estructurales en el mercado de cobre, por lo menos en el corto, mediano plazo. Sí va a haber más volatilidad, lo que hemos visto.

Lo que puede ocurrir en el tiempo, con aranceles más altos, es que el consumo doméstico en Estados Unidos baje porque se sustituya el cobre por otros materiales, pero el principal sustituto, que es el aluminio, también tiene un arancel del 50%. Por otro lado, en la medida en que se relocalizan industrias en Estados Unidos, va a haber más demanda, porque eso requiere cobre, la industria de la defensa, la industria eléctrica. Hay muchos efectos que pueden compensarse y, en el margen, no creo que esto signifique cambios estructurales en el mercado de cobre, son más bien cambios transitorios asociados a estas tarifas.

El proyecto en Minnesota: “Hay un ambiente más favorable, pero no hay cambios materiales”

Antofagasta Minerals tiene desde hace años un proyecto de US$ 3 mil millones en el estado de Minnesota, en Estados Unidos. Se llama Twin Metals, fue concebido como un yacimiento subterráneo del cual podrían extraerse -según un estudio de factibilidad que pretenden actualizar- entre 80 mil y 100 mil toneladas de cobre fino equivalente al año.

El plan minero de operaciones del proyecto fue presentado a las autoridades federales y estatales a fines de 2019, pero está en pausa mientras se resuelven litigios contra acciones del gobierno federal de EE.UU., dice la página web del grupo.

-El deseo de Estados Unidos de volver a una autarquía es una oportunidad para el grupo. ¿El pipeline de proyectos mineros de cobre en Estados Unidos es amplio?

-Hoy algunos proyectos que son importantes, no es una gran cantidad. El cobre es escaso en todas partes, y por lo tanto es algo que obedece a un número más o menos limitado de proyectos. Hay algunos más grandes que otros, algunos más fáciles que otros. Arizona ha sido tradicionalmente un Estado que aloja ciertos proyectos que podrían promoverse y que son grandes. Y nosotros estamos en el estado de Minnesota. Hemos tenido hace muchos años la intención de desarrollar un proyecto allá, lo miramos con una perspectiva de largo plazo y hay un ambiente indudablemente más favorable, pero no hay cambios materiales que hayan ocurrido desde el punto de vista de lo que estamos haciendo con ese proyecto.

-¿Han tenido señales directas del gobierno de Estados Unidos para activar el proyecto?

Lo que ha ocurrido es que el presidente Trump ha sacado -para toda la industria de metales críticos, no para nosotros en particular- algunas órdenes ejecutivas que buscan justamente acelerar y promover el desarrollo de los proyectos. Una de las cosas que se ha dicho es establecer una especie de corredor para la revisión de los permisos de los proyectos. Hay una regulación que se llama el Fast 41 -para la aprobación de proyectos de infraestructura originalmente, pero que se está usando para energía y podría usarse para minería-, que permite una mayor expedición en los tiempos de revisión de los permisos. Y también se ha hablado de la disponibilidad de financiamiento a través de organismos de promoción del desarrollo de la industria local. Entonces, hay regulación que se está moviendo que, para la industria, significa un ambiente más favorable y amistoso para el desarrollo de los proyectos.

-¿Pero han tenido señales específicas como grupo?

No hemos tenido un intercambio específico respecto al proyecto. Ahora, hay un interés general y eso nosotros lo vemos favorable, positivo.

-¿Qué resoluciones judiciales faltan?

-Lo que tenemos en tribunales es un juicio por nuestro derecho a renovar las licencias que nos dan la propiedad minera, que creemos que fueron canceladas indebidamente en el gobierno anterior y estamos litigando para que ese derecho se nos devuelva. Eso está en tribunales. Una vez que nosotros recuperemos las licencias, si es que eso ocurre, hay que sacar los permisos y esa es la parte que normalmente en Estados Unidos es tremendamente laboriosa y larga, y que la administración de Trump está intentando, a través de esta especie de corredor, tratar de hacerlo más expedito, en plazos más cortos. Pero igual hay procesos que cumplir, hay que desarrollar el proyecto y, por lo tanto, esto no es de implementación en plazos particularmente cortos, estamos hablando de algunos años. Nos interesa un proyecto cuya viabilidad esté asegurada en el largo plazo. Los proyectos mineros involucran inversiones altas.

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