Por Ignacio BadalJosé Luis del Río desempolva recuerdos en los 40 años de Friosur
La compañía celebró esta semana sus 40 años con un reconocimiento de los trabajadores a su presidente, José Luis del Río, ideólogo de un modelo que permitió que los trabajadores tuvieran el 20% de la empresa, algo inédito en el mundo empresarial local. "Capital y trabajo pueden ser aliados, y no adversarios", dijo en un discurso en el que recordó sus inicios, la influencia de sus socios de Islandia y, de paso, criticó la nueva ley de fraccionamiento pesquero.

Hace cinco años, José Luis del Río Goudie (79 años), cabeza del grupo que creó Sodimac y Derco y accionista relevante de Falabella, invitó a que los trabajadores de la pesquera Friosur, que preside y controla, adquirieran, mediante una cooperativa, el 20% de las acciones de la sociedad, las que pagarían en 15 años con los mismos dividendos de la compañía. El modelo ha reportado utilidades y ha alineado los intereses con los de sus trabajadores, pero no ha sido imitado por empresarios locales.
Friosur es una pesquera que opera en Aysén, que explota y procesa especies como la reineta, merluza austral y de cola (u hoki), congrio dorado y cojinova moteada. Hasta 2018, cultivó también salmones, operación que vendió a Agrosuper.
Cuenta con una flota de tres barcos pesqueros hieleros con una capacidad total del orden de las 3.200 toneladas, una planta procesadora en Puerto Chacabuco y otra en Coronel para entregar productos frescos y congelados. El 30% de su producción se comercializa en Chile.
Su propiedad está dividida en un 64% para el Grupo Inder (de la familia de José Luis del Río), el 16% para la islandesa Brim HF y el 20% restante, en manos de sus trabajadores.
En 2023, sus últimas cifras públicas, capturó 17.776 toneladas y tuvo ingresos por US$ 53,7 millones, de los cuales el 41,4% correspondió a merluza austral, 17,3% a merluza hoki y el restante 41,3% a reineta, congrio y otros, lo que llegó a mercados como España, Portugal, Polonia y Estados Unidos.
La compañía tiene unos 600 trabajadores, el 45% de los cuales son mujeres y un 42% son mayores de 50 años.
Cuatro décadas
Friosur fue creada en noviembre de 1985 por unos jóvenes Del Río “con la idea —un poco loca en su momento— de que Aysén debía mirar al mar y no darle la espalda", recordó esta semana Del Río en Aysén, en la celebración de las cuatro décadas de Friosur. Es que allá por los años 80 la actividad central en la región era la ganadería, en los valles y en la estepa patagónica. “Mientras Puerto Aysén languidecía después que se trasladó la capital de la región a Coyhaique, con alta cesantía y el 30% de las casas vacías, y un matadero frigorífico de Puerto Chacabuco sin operación, con muy pocas posibilidades de revivir”, reclamó.
En ese momento casi no había actividad pesquera en Aysén, “con la excepción de una pequeña labor de extracción de mariscos en las Islas Huichas y la operación de buques factorías que no recalaban ni daban trabajo en nuestra región”, dijo.
“Decidimos convertir ese matadero en una planta moderna para procesar y congelar pescado de este rico mar de Aysén para los mercados del mundo. Así nació Friosur”, destacó.

En estas cuatro décadas, la compañía ha debido enfrentar crisis económicas, pérdidas, naufragios y hasta el incendio de su planta en Chacabuco en 2016. Fue una de las pesqueras pioneras en contar con un sindicato formado en plena dictadura, en 1987, y en aliarse con extranjeros como socios, cuando en 1992 una de las principales empresas del rubro de Islandia se incorporó como accionista.
“Tuvimos la humildad de mirar hacia los países que más saben del mar y conocimos a fondo la industria y tecnología pesquera”, resaltó Del Río.
“Así nació nuestra alianza con los islandeses, primero con Grandi, una gran empresa pesquera de Islandia, y hoy con Brim, una relación de más de 30 años basada en el respeto, la confianza y la amistad", dijo mientras lo escuchaba el presidente de Brim, Kristjan Davidsson, presente en la ceremonia. “De ellos aprendimos la pesca sustentable, la tecnología y la disciplina. Pero también aprendimos algo más profundo: que el mar se conserva cuando se le respeta y se cuidan sus recursos, evitando la sobreexplotación", aseveró Del Río.
En esa línea, Friosur ha aplicado una tecnología de redes de media agua, de manera de evitar tocar y dañar los fondos marinos, respondiendo así a su compromiso de pesca sustentable.
En su alocución, Del Río también destacó la relación con los trabajadores, la mayoría de ellos proveniente de la misma región. “Este paso -único en Chile y casi en toda Sudamérica- representa lo que siempre creímos: que capital y trabajo pueden ser aliados, y no adversarios. ¡Remando juntos se avanza más! (...) Y eso dice más que grandes discursos sobre colaboración, justicia y confianza en todos los miembros de una empresa", llamó la atención.
Queja contra la nueva ley
Las palabras de Del Río también miraron a la contingencia, deslizando sus reparos a la nueva Ley de Fraccionamiento Pesquero que, según dijo, perjudica a la empresa y a la región, pues se desconoce el trabajo sectorial en la zona.
“Desde los años 80 hemos sido testigos de la depredación del recurso cuando no se lo respeta. Por eso, siempre hemos defendido que los recursos del mar austral deben ser manejados con responsabilidad y beneficiar primero a la gente de Aysén”, resaltó.
“No ha sido fácil”, dijo. “Cada cierto tiempo, nuevas leyes o proyectos en el Parlamento buscan modificar las reglas del sector, dejándonos con menos cuotas de pesca, muchas veces sin conocer la realidad de estos mares. Este año, vivimos uno especialmente duro, con la aprobación de la ley de fraccionamiento que nos redujo una vez más nuestra cuota de pesca en cerca de un 15%”, reclamó. “Decisiones que pueden poner en riesgo el trabajo de cientos de familias ayseninas”, advirtió. En esa línea, para cerrar lanzó: “Los recursos pesqueros de Aysén son para los ayseninos y no para empresas o artesanales de otras regiones”.
Las palabras del presidente de la empresa fueron respondidas por dirigentes de la cooperativa accionista de trabajadores, quienes otorgaron un reconocimiento a José Luis del Río -una escultura de “El Quijote”- por, dijeron “seguir creyendo, con fe y esperanza, en este sueño loco de una sociedad más justa”.
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