
Vivianne Blanlot: “Con la candidatura de Matthei compartimos el objetivo del desarrollo económico y social basado en el crecimiento”
La exministra de Defensa del primer gobierno de Bachelet y directora de empresas explica su voto por la líder de Chile Vamos y desdramatiza haber cruzado el “rubicón” junto a un grupo de exintegrantes de la Concertación. “Lo que queremos es que aumenten las posibilidades de bienestar para todos los chilenos, pero en particular para los que están en los niveles de menor ingreso, que tienen aspiraciones a que sus hijos el día de mañana sean más que ellos. Con una propuesta como la que lleva el Partido Comunista, eso nunca va a ocurrir”, sostiene.

Una de las figuras emblemáticas de la era de la Concertación en el poder, exmilitante PPD, directora ejecutiva de la Comisión Nacional de Medio Ambiente en el gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle, secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía (CNE) con Ricardo Lagos Escobar y ministra de Defensa del primer gobierno de Michelle Bachelet, Vivianne Blanlot Soza (70) cuenta entre risas su efímera afiliación a la Juventud Demócrata Cristiana a los 14 años. Hoy, en Amarillos por Chile, ha decidido apoyar públicamente la candidatura de Evelyn Matthei, tras el triunfo de la carta comunista Jeannette Jara y la derrota de la candidata del Socialismo Democrático Carolina Tohá en las primarias oficialistas del domingo pasado.
En una carta titulada “socialdemócratas por Matthei”, firmada también por Ricardo Escobar, Oscar Guillermo Garretón, Isidro Solís, Matías de la Fuente, Sergio Solís, Álvaro Briones y Gonzalo Rojas-May, la ingeniera comercial de la Universidad Católica reveló sus razones para optar por la carta de ChileVamos. “El Partido Comunista lidera ahora lo que será la propuesta de la izquierda anclada en el siglo pasado. Lo que impulsa el péndulo de la derecha extrema. En Amarillos por Chile queremos romper este círculo vicioso”, afirma la carta a El Mercurio del grupo de adherentes a Amarillos y figuras de la centroizquierda.
En conversación con Pulso, Vivianne Blanlot desdramatiza la decisión de cruzar el “rubicón” a una candidatura que no es originalmente de su “tribu” política y aterriza sus razones para apoyar a Matthei. “No me cuesta. Para mí, el principio básico en la vida política es jugarse por lo que le conviene al país y no por quién es del grupo con que siempre he estado y a dónde van. Si estimo que hay una candidatura que tiene una mayor capacidad de hacer aquellas cosas con las que coincido, eso es lo que voy a apoyar”, explica la también directora de empresas.
“Llevamos años en la disputa absurda de desencuentros entre los herederos de la Unidad Popular y los de la dictadura”, fue una de las frases de la carta respaldada por usted y otros militantes de Amarillos. ¿Por qué la elección del domingo y el triunfo de Jeannette Jara profundiza esta situación? ¿Qué tan complejo resulta este escenario para Chile para ustedes?
-La elección del domingo no profundiza la situación. Hace más evidente las diferencias entre muchos que nos consideramos de la izquierda democrática o socialdemócratas con la idea de tener un gobierno que estaría liderado por una persona del Partido Comunista. Eso hace que tengamos el impulso de decir que, en estas circunstancias, apoyamos a una candidata que viene de la derecha. Para nosotros no es un problema pasar esa valla entre los que se opusieron a la dictadura y los que no. No es un problema porque estamos mirando al futuro. Lo que sí sería un problema es apoyar a un gobierno liderado por alguien con el cual no compartimos ninguno de los principios básicos y políticos que tenemos.
¿Hoy la candidatura de Jeannette Jara le parece peligrosa?
-La palabra ‘peligrosa’ no me gusta. La candidatura de Jeannette Jara, si llegase a la presidencia, representa el no poder impulsar a Chile hacia el desarrollo. Por lo tanto, en un país en la situación que estamos, que no le ofrece un mejor futuro a la gran mayoría de la gente, no nos podemos quedar ahí. Es imprescindible salir de eso.
¿Cuáles son las razones por la que decidieron apoyar a Matthei y cuál es la gran diferencia que tiene esa candidatura con la de Jara, en términos políticos y económicos?
-En primer lugar, quiero decir que yo habría estado con Carolina Tohá. Habría sido mi primera opción. A pesar de estar en una coalición cuyos integrantes no me convencen necesariamente, ella representa algo que para mí ha sido muy importante, que es el equipo de trabajo con el que trabajamos durante los años de la Concertación. Así que la habría apoyado.
En relación a su pregunta sobre las diferencias, quiero decir que son muy sustantivas. Cuando uno escucha y lee lo que se manifiesta en el programa de Jeannette Jara… se habla de crecer en función de la demanda interna. Si eso se traduce en términos económicos, significa mantenernos en el mismo nivel de Producto Interno Bruto (PIB) que tenemos hoy o reducir. Y cuando una gran mayoría de los ciudadanos chilenos a lo que aspiran es a aumentar su bienestar, no es posible apoyar eso. La candidatura de Evelyn Matthei se centra y privilegia el crecimiento con el objetivo de aumentar el bienestar para la mayoría de los chilenos… aunque hay muchos otros elementos. Eso es imprescindible tomarlo hoy día.

-Entonces, ve a la candidatura de Matthei como moderada…
Es una derecha moderada, pero no me gusta hablar de la derecha moderada, de la derecha de centro, de izquierda…. Ese no es mi lenguaje. Mi lenguaje es que cuando se comparten objetivos, es posible hacer alianzas. Creemos que con la candidatura de Matthei compartimos el objetivo del desarrollo económico y social basado en el crecimiento. No se puede condenar a una economía a no crecer.
Lo que queremos es que aumenten las posibilidades de bienestar para todos los chilenos, pero en particular para los que están en los niveles de menor ingreso, que tienen aspiraciones a que sus hijos el día de mañana sean más que ellos, tengan mejores oportunidades. Con una propuesta como la que lleva el Partido Comunista, eso nunca va a ocurrir.
Más allá del apoyo, ¿le genera algún ruido o reparo el programa económico y político de Matthei? Ella habla de una baja muy fuerte del impuesto a la empresa y hay dudas sobre su compensación e impacto en las arcas fiscales…
-No es sólo Matthei quien lo propone. Lo propone la gran mayoría de los economistas más destacados de este país. Se coincide en que para que haya mayor inversión, y nuestras inversiones compitan con las inversiones de los países de la OECD, es necesario que tengamos un impuesto corporativo que se acerque al promedio de la OECD. De otra manera, no somos competitivos en términos de atraer inversiones. ¿Por qué es tan importante atraer inversión? Las inversiones significan aumento de los puestos de trabajo, de la calidad del trabajo, de la introducción de tecnología. Es decir, son puros beneficios.
Lo importante es que una parte (de la baja de impuestos) se puede compensar con mayor crecimiento. Otra parte se puede compensar con algunos otros impuestos…. En Chile hay muchas exenciones particulares de distintos tipos de impuestos y, en la medida que uno trabaje para eliminar esas exenciones, sí se puede compensar. Lo que se va a buscar es que no tenga un impacto fiscal significativo. También estoy convencida de que el Estado puede ser más eficaz, más eficiente, gastando menos hoy.
¿De todas formas, espera una moderación el programa económico de Jeannette Jara?
-No creo mucho en los programas. Trabajé en los programas de tres gobiernos de la Concertación. Los programas gozan de unas líneas de trabajo y una cierta filosofía. Pero en la práctica de la administración pública y del gobierno, todos los días se enfrentan pequeñas decisiones, que parecen pequeñas, pero que finalmente le dan el tono al Gobierno. En esas decisiones termina primando lo más profundo de las convicciones de quien gobierne. Por lo tanto, esto de que se moderen los programas se hace para poder pactar y extender alianzas. Pero la calidad de la gestión tiene mucho más que ver con las creencias profundas de quienes gobiernan.
Además, para salir hoy de donde estamos, que es una situación de deterioro acelerado, se necesita un gran un nivel de convicción. Y ese nivel de convicción dudo mucho que la izquierda pueda lograrlo.
Es decir, su preocupación está más bien en cómo se pueda ejercer el poder en la eventualidad de que el PC esté lidere el gobierno….
-Así es. Es en el ejercicio del poder donde se transparentan las convicciones más profundas. Las convicciones más profundas en el caso de Matthei coinciden mucho más con lo que, coyunturalmente, los socialdemócratas creemos.
¿Cree que se podrían sumar más personas a la candidatura de Matthei que pertenecieron a la exConcertación o están en el centro político?
-No lo sé. Cuando yo me manifesté a favor del rechazo en la primera propuesta constitucional fui bastante marginada por mis grupos, a los cuales siempre pertenecí. Esa barrera a la que hacemos referencia todavía tiene mucha fuerza. Ojalá que así sea.
De la carta se desprende que Kast representa a la extrema derecha. ¿En qué sentido? ¿Su programa económico? ¿Su visión valórica?
-Kast es alguien a quien yo aprecio mucho. Pero Kast en sus convicciones profundas es una persona extremadamente conservadora. En aspectos sociales y culturales es extremadamente conservador. Con él es posible, por ejemplo, a modo de fantasía, negociar un programa propiamente económico. Incluso, un programa de desarrollo social. Pero en lo cultural, en las creencias de la forma en que los chilenos deben vivir, está muy lejos de lo que nosotros creemos. Nosotros somos liberales. Creemos que la gente tiene derecho a vivir de acuerdo a sus propias convicciones en la medida que no dañen a los demás. Además, en la segunda propuesta constitucional nosotros no coincidimos con muchas de las propuestas que hizo el grupo republicano.

¿Cree que la socialdemocracia en términos económicos y políticos pasa por su peor momento de las últimas décadas? ¿Se quedó sin relato frente a los extremos?
-Se debilitó, obviamente. Como ha pasado también en muchas democracias. Es un fenómeno que tiene que ver con que en el mundo de hoy se conquista a los electores con frases fáciles. Con explicaciones muy cortas, que no requieren mayor profundidad. Son eslogans. Y eso es más fácil para los extremos que para las personas que estamos entendiendo esta enorme complejidad de conciliar distintos objetivos en una política de Estado y que es mucho más difícil de explicar.
Pero también está toda la propaganda que se ha hecho en contra de los años de la Concertación. Lamentablemente, muchos de nuestro mundo acogieron el relato de que habían sido años poco menos que perdidos. Fue un grave error no haber defendido todos los avances que se lograron en esos años.
La Concertación no defendió su obra…
-Más que la obra, no defendió la importancia de ciertos principios básicos… Gobernar dentro de una democracia significa ceder en algunas cosas.
Siempre el relato giraba a que se hizo lo posible, lo que podría sonar a disculpa…
-Es curioso cuando se habla de que ‘hicimos lo posible’ y se critica el que ‘hicimos lo posible’. En el mundo nunca se puede hacer lo imposible. Por mucho que uno tenga una voluntad férrea de caminar hacia un lado distinto, estamos en una democracia. Y lo posible es aquello que convoca a la mayoría.
De todas formas, y pese al álgido debate político después de las primarias, los mercados parecen tranquilos e indemnes a la trifulca política. ¿Están anticipando un triunfo de una opción promercado?
-Nadie sabe lo que va a pasar en las elecciones. Pero en los últimos dos años ha ido cundiendo mucho la sensación de que se requiere un cambio de rumbo. El tema del crecimiento no se ha hablaba hace dos años y ahora sí. Hay una cierta confianza de que se va a imponer algo que es claramente una realidad, que es la necesidad urgente de avanzar en esa senda. Por otra parte, en los últimos cuatro años hemos visto algo que es bien interesante, que es la sensatez de la ciudadanía chilena. Los dos proyectos (constitucionales) que se iban a extremos fueron rechazados. Eso habla de una firmeza institucional que tenemos muy importante. Por lo tanto, hay una sensación de que, gane quien gane, no van a ocurrir locuras. Sí vamos a perder oportunidades si es que ganan quienes siguen a Jeannette Jara.
¿Cuál es la primera medida económica que debiera tomar el gobierno que empezará en marzo de 2026?
-Prioritario es profundizar la eliminación de las trabas que hay en inversiones, algo se ha avanzado en los últimos meses con el tema de la “permisología”, pero queda mucho todavía por hacer. Incluso, más que el tema tributario y otros temas. Hay proyectos de inversión en las grandes empresas. ¿Por qué no se ingresan en forma acelerada? Porque los procesos son tan tortuosos que ninguna empresa está dispuesta a tener más proyectos en cartera siendo analizados o evaluados en el ámbito del Estado. Eso está en una línea más lenta. Pero en la medida de que esos procesos sean más efectivos, eficaces y más diligentes, va a haber un reimpulso a lanzar las inversiones que ya están evaluadas.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
4.