Cómo es Alligator Alcatraz, el polémico centro de detención de migrantes de Florida
Rodeada de caimanes, serpientes y pantanos, esta instalación impulsada por Donald Trump en los Everglades busca fortalecer su campaña de deportaciones masivas.

A unos 70 kilómetros de Miami, en medio de los humedales subtropicales de los Everglades, se levanta el nuevo símbolo de la política migratoria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump: un centro de detención improvisado conocido como Alligator Alcatraz.
Ubicado en el remoto Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier, el complejo fue construido en pocos días con tiendas de campaña y remolques de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), usados comúnmente tras desastres naturales.

El lugar está rodeado por una geografía implacable: caimanes, cocodrilos, serpientes y kilómetros de pantano sin caminos ni rutas de escape.
“Solo hay un camino para entrar y la única salida es un vuelo de ida. Es un lugar aislado y rodeado de fauna peligrosa y un terreno implacable”, señaló el vocero de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en una conferencia.
“Esta es una forma eficiente y económica de ayudar a llevar a cabo la mayor campaña de deportaciones masivas en la historia de Estados Unidos”, agregó el portavoz.
Trump sobre Alligator Alcatraz
El lugar está rodeado por kilómetros de pantanos peligrosos y la única salida es la deportación, mencionó Donald Trump durante su visita al lugar, en la que observó el centro de detención.

“Les vamos a enseñar a huir de un caimán. No corran en línea recta, corran así”, afirmó el mandatario a la prensa local, mientras hacía gestos de ‘zig zag’ con la mano.
“Tus posibilidades (de escapar) suben alrededor de un 1 %”, agregó.
La prisión forma parte del endurecimiento migratorio de la Casa Blanca en esta segunda administración de Trump, que busca acelerar las detenciones y deportaciones masivas de personas sin estatus legal.
Cuánto costará Alligator Alcareaz
Según cifras oficiales, el complejo tendrá capacidad para albergar entre 3.000 y 5.000 personas y costará 450 millones de dólares anuales.
Florida asumirá los costos iniciales, aunque espera reembolsos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y del Departamento de Seguridad Nacional.
Oposición al centro de detención
El proyecto ya enfrenta una creciente ola de críticas. Además de organizaciones de derechos humanos que cuestionan las condiciones del encierro –sin protección climática ante temperaturas de hasta 32°C y fuertes tormentas–, ambientalistas y comunidades indígenas también han alzado la voz.
Grupos como Amigos de los Everglades y el Centro para la Diversidad Biológica presentaron una demanda en tribunales federales, denunciando que la construcción del recinto viola normativas ambientales y pone en riesgo hábitats protegidos como el de la pantera de Florida.
Pese a las críticas, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha defendido con entusiasmo el proyecto. Lo describió como una instalación “de bajo costo, reforzada por la Madre Naturaleza” y afirmó que, en caso de fuga, “nadie se irá a ningún lado” debido a la presencia de caimanes.
Sobre la demanda en contra del centro, el gobernador le restó importancia diciendo que la instalación tendría “cero impacto” en el medio ambiente.
DeSantis anunció también el envío de 100 efectivos de la Guardia Nacional para apoyar la operación del centro, que según dijo funcionará de manera autónoma, con agua, energía y servicios básicos proporcionados por equipos móviles.
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