
Cómo son los drones de diseño iraní que Rusia usa en Ucrania y por qué más países buscan desarrollar modelos similares
Fabricantes occidentales de vehículos aéreos no tripulados están buscando formas más fáciles y económicas de producir armamento que debilite las defensas de potenciales enemigos. Los Shahed iraníes destacan por su eficiencia y su capacidad de fabricarse en masa, según expertos.

A lo largo de la invasión a gran escala que Rusia ha desarrollado en Ucrania desde el 24 de febrero de 2022, las tropas rusas han recurrido a los drones Shahed para efectuar sus ataques en el territorio ucraniano.
En un principio, el ejército ruso dependía principalmente de estos modelos, los cuales son fabricados por Shahed Aviation Industries, la firma aeroespacial de la Guardia Revolucionaria de Irán, país que es aliado del Kremlin.
Sin embargo, durante el transcurso del conflicto, Rusia ha optado por impulsar la producción de sus propios vehículos aéreos no tripulados en un megacomplejo industrial, el cual se encuentra ubicado en Alabuga, en la región de Tatarstán, a unos 800 kilómetros al este de Moscú.
De acuerdo a una investigación realizada por CNN a finales de 2024, la planta aumentó su producción de drones de ataque y vigilancia de diseño iraní, mientras que también, para su fabricación, está utilizando una serie de componentes provenientes de China.
Los drones de diseño iraní fabricados en el país presidido por Vladimir Putin pasaron a ser bautizados como Geran y se han convertido en un elemento clave en el esfuerzo bélico de Rusia, que ha desplegado cantidades cada vez más grandes para penetrar las defensas antiaéreas ucranianas.
La guerra en Ucrania ha demostrado que los drones pueden ser efectivos para realizar distintos tipos de ataques y ha puesto de relieve que se trata de dispositivos que tienden a ser significativamente más económicos que, por ejemplo, los misiles guiados por GPS.
Tanto las tropas rusas como las ucranianas han utilizado drones para realizar desde misiones de reconocimiento y recopilación de información hasta para efectuar ataques directos a la distancia.
Pero los Shahed, en especial, se han posicionado como un foco de atención para Estados Unidos y los aliados de Kiev, que buscan desarrollar versiones similares de esta arma de bajo costo y largo alcance, según informaciones rescatadas por el Wall Street Journal.

Cómo son los drones Shahed de Irán que Rusia utiliza para atacar Ucrania
Los drones Shahed-136 de fabricación iraní, los cuales están equipados con una ojiva explosiva, tienen una velocidad máxima de 115 mph (alrededor de 185 kilómetros por hora) y un alcance máximo de vuelo de hasta 1.553 millas, lo que se traduce en casi 2.500 kilómetros.
Según datos reunidos por el citado periódico, pesan unas 441 libras (unos 200 kilos) y se encuentran en servicio desde 2021, mientras que su precio por unidad es de unas decenas de miles de dólares.
Su largo es de unos 3,5 metros y sus alas se extienden por alrededor de unos 2,5 metros.
En el contexto de la guerra en Ucrania, los drones de diseño iraní han demostrado ser particularmente eficaces para superar las defensas aéreas.
A veces, son disparados junto a oleadas de otros vehículos aéreos no tripulados, lo que también incluye señuelos, para así aumentar la probabilidad de que los que llevan carga explosiva alcancen sus objetivos.
El comandante de la Real Fuerza Aérea y Espacial de los Países Bajos, el teniente general André Steur, comentó al Journal que la guerra en Ucrania ha subrayado la importancia de los drones asequibles y de largo alcance en los conflictos.
De acuerdo al experto, Occidente no está actualmente donde desearía estar.

Por qué más países buscan desarrollar drones similares a los Shahed de Irán
Empresas de Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido y otras potencias están trabajando en desarrollar sus propios vehículos aéreos no tripulados con diseños similares a los de los Shahed.
Incluso Ucrania, que lleva al menos dos años contraatacando a Rusia con drones de largo alcance, empezó recientemente a utilizar drones con alas triangulares que se parecen mucho a los mencionados.
Irán, que comenzó a trabajar en los Shahed a principios de la década del 2000, también ha utilizado estos drones para atacar a Israel y a sus aliados en Medio Oriente.
Rusia comenzó a desplegar estos vehículos aéreos no tripulados a finales de 2022, año en que inició su invasión a gran escala en Ucrania, tras firmar un acuerdo con Teherán para la compra y la producción local de estos drones.
Desde entonces, ha lanzado decenas de miles de sus propias versiones de ataque, además de señuelos, contra objetivos en el territorio ucraniano.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, redactó en julio un memorando en el que instaba a Washington a reforzar su base de fabricación de drones y a que las unidades de combate se armaran con diversos drones de bajo coste fabricados en el país norteamericano.
De la misma manera, según rescata el Journal, en un evento celebrado en el Pentágono a mediados de este año se exhibieron 18 prototipos de drones fabricados en territorio estadounidense.
Uno de estos fue el Lucas, fabricado por SpektreWorks, el cual tiene un diseño similar al del Shahed.
Dicha empresa, que ha recibido financiamiento gubernamental, describe el dron como “rentable” y con pocos requisitos logísticos.
Otro modelo, el Arrowhead, fabricado por Griffon Aerospace, se presenta como un dron de ataque de largo alcance, el cual también posee la forma de ala triangular que tienen los Shahed. Desde la firma aseguran que ha sido construido para la producción en masa y que puede desplegarse de distintas maneras.
Compañías como Griffon y Saab también venden drones para prácticas de tiro, los cuales están diseñados para parecerse y actuar como los dispositivos iraníes.
No obstante, el alto coste de la mano de obra y los materiales es un problema significativo para los fabricantes de drones en Occidente, según han afirmado distintos especialistas.
En 2024, la empresa estadounidense de defensa Anduril Industries vendió 291 de sus drones de largo alcance Altius a Taiwán, en un acuerdo que valoró estos vehículos aéreos no tripulados en más de un millón de dólares cada uno, incluyendo la infraestructura de entrenamiento y soporte.
Por otro lado, Rusia puede producir versiones de los Shahed, que son más sencillos en comparación a los mencionados anteriormente, por entre 35.000 y 60.000 dólares la unidad, según estimaciones de expertos.
El asesor de empresas y del gobierno de Reino Unido en diseño de drones, Steve Wright, afirmó al citado periódico que el diseño de ala triangular de los Shahed facilita una producción en masa económica, debido a que no suele requerir componentes estructurales, como costillas de soporte.
Asimismo, agregó, un cuerpo de fibra de vidrio o de carbono, y el uso de un motor de hélice en lugar de propulsión a chorro, también son factores que reducen los costos.
Frente a esta situación, algunas compañías occidentales dedicadas a esta área han manifestado que el rendimiento superior de sus drones justifica el gasto adicional.
La firma británica MGI Engineering afirmó que su dron de largo alcance, el SkyShark, puede volar a unos 450 kilómetros por hora, en comparación con los 185 kilómetros por hora de los Shahed-136.
El fundador de la compañía, Mike Gascoyne, dijo al Journal que “si el doble de SkySharks impactan en su objetivo, entonces es mucho más barato que un Shahed”.
Precisó que aquel dron tiene un precio de entre 50.000 y 65.000 dólares.
El experto en drones del Instituto de Política Tecnológica Cornell Brooks de la Universidad de Cornell, James Patton Rogers, declaró al citado periódico que el uso de drones de producción masiva por parte de Rusia ha demostrado que “los ataques de saturación de precisión, baratos y de largo alcance, son una de las mayores amenazas para la seguridad internacional”.
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