Sexo, drogas y desinhibición: ¿qué es el Chemsex?
La desaparición y muerte del joven Francisco Albornoz puso sobre la mesa una práctica poco conocida, pero extendida en algunos círculos: el chemsex, una forma de consumo de drogas vinculado al sexo que conlleva graves riesgos físicos, mentales y sociales.
La desaparición y posterior muerte del químico farmacéutico, Francisco Albornoz, ha conmocionado al país.
Las últimas pericias indican que antes de haber sido trasladado hasta San Fernando, el joven de 21 años se habría juntado con otros dos adultos –los sospechosos del caso– para mantener relaciones sexuales y consumir drogas: la práctica conocida como ‘chemsex’.
En este caso, el tipo de drogas consumidas por Albornoz habrían sido popper, una sustancia química utilizada recreativamente para aumentar el placer sexual, y cocaína.

Qué es el chemsex
El término chemsex es de origen británico, la palabra surge de la mezcla entre dos palabras inglesas: chem (que proviene de chemicals, químicos en inglés) y sex (sexo). En términos prácticos, el Ministerio de Sanidad de España lo define como un tipo particular de consumo sexualizado de sustancias, vinculado a la cultura sexual gay.
“Se caracteriza especialmente por ser un consumo de drogas con fines sexuales, dando lugar a largas sesiones de sexo, que pueden prolongarse durante horas, o incluso varios días”, complementó la institución de salud.
Estas sesiones pueden ser de tipo uno a uno –con una pareja estable o esporádica–, tríos o encuentros grupales. Incluso hay quienes lo practican en solitario, mientras ven pornografía o interactúan en línea con otras personas a través de cámaras web.
¿Quiénes lo practican y dónde?
Esta práctica se da principalmente entre hombres gays, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con su mismo género.
Lo más frecuente es que se realice en domicilios particulares, aunque también ocurre en otros lugares como saunas, clubes sexuales, hoteles, fiestas privadas, y en espacios de cruising o encuentros sexuales al aire libre.
Qué drogas se consumen y cómo
El consumo de sustancias en contextos de chemsex varía según el país y la zona, pero una característica común es el policonsumo, es decir, el uso simultáneo de varias drogas en una misma sesión.
Muchas veces estas sustancias están adulteradas o se desconoce su origen, lo que incrementa los riesgos asociados.
Entre las sustancias más habituales se encuentran los estimulantes como la cocaína, la metanfetamina, la mefedrona o las anfetaminas; las empatógenas como el MDMA; depresoras como el GHB, el GBL o el cloretilo; y disociativas como la ketamina.

También se utilizan poppers, alcohol, cannabis y fármacos para tratar la disfunción eréctil, como el sildenafil o el alprostadil. Las vías de administración son diversas: oral, esnifada, fumada, intrarrectal, genital e inyectada.
El consumo por medio de inyecciones, conocida como slam o slamming, conlleva mayores riesgos, especialmente cuando se aplican sustancias como mefedrona o metanfetamina, que suelen estar asociadas a complicaciones severas en la salud física y mental.
Riesgos y adicción
El chemsex no solo puede generar dependencia física y psicológica a las sustancias consumidas, sino también a la dinámica sexual-emocional que lo acompaña.
Entre los efectos adversos más frecuentes están la adicción, sobredosis, cuadros de salud mental, suicidios, agresiones sexuales, problemas con el tratamiento de VIH (por interacciones de medicamentos), deterioro del entorno laboral, social y afectivo, y conflictos legales.
ITS, VIH y hepatitis C
En el contexto del chemsex no es sorpresa que se practique sexo sin preservativo con múltiples parejas sexuales, lo que incrementa significativamente el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH y la hepatitis C.
Además, el consumo de ciertas drogas puede afectar la percepción del riesgo y dificultar la toma de decisiones de autocuidado o protección hacia otras personas.
De acuerdo al Ministerio de Sanidad de España, la evidencia científica indica que el chemsex es más frecuente entre hombres gays que viven con VIH. En estos casos, pueden producirse interacciones entre algunas drogas y los tratamientos contra el virus.
En cuanto a la hepatitis C, si bien existe tratamiento efectivo para eliminar el virus, es posible volver a infectarse si la persona mantiene prácticas sexuales de riesgo, especialmente cuando se utilizan inyecciones para consumir drogas.
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