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¡Ya no soporto a la polola de mi señora! (cuarta parte)

La semana pasada Pablo confirmó que Pilar, su señora, tiene una relación paralela con Emily, una joven compañera de trabajo, confirmación que, a juicio de Ricardo, su socio y su mejor amigo, lo sacó de la negación. Es una realidad, desde hace un buen tiempo no somos dos, somos tres.

Pablo no sabe qué hacer, pues a ratos quiere matar a Pilar y en otros momentos perdonarla. ¿Cierra los ojos? ¿Se separa? ¿Da vuelta la página o acepta una vida de a tres? No hay respuestas y es por esta razón que en la última sesión decidió juntarse a hablar con Emily.

Vamos con Pablo

Casi no vengo de nuevo… y eso que no he parado de pensar en esta conversación. Nuevamente fue Ricardo quien me recordó la sesión…

¿Hablaste con Ricardo?

Puta no, no me sirve hablar con él, es demasiado open mind. Yo creo que casarte con una psicóloga igual te caga… ¿no? Filo, la verdad es que no podría contarle a ningún colega o amigo que mi señora, que es diez años menor que yo… me caga con una pendeja inglesa que es diez años menor que ella… (silencio). Además, Emily es preciosa, simpática, dulce, inteligente. Si fueras Pilar… ¿Con cuál te quedarías?

¿Tiene que elegir?

Puta la webada, que penca estar lleno de trancas… Me pasa con Ricardo, ahora contigo y el otro día con Emily. Sentado frente a ella, me sentí un viejo de mierda, un guatón cincuentón hablando con su sobrina inglesa en un salón de té. ¿Cachai que para ella esta webada es de lo más normal?

¿Qué es normal?

Lo que tiene con Pilar … ¿Cachai que para ella no hay ningún rollo? Pa’ ella estas cosas pasan… pasan allá… pasan acá… Sebastián, me sentí como Juan Herrera González, el protagonista de la serie los ochenta… ¿Viste la serie?

Si…

Después de tomar con Emily llegué a mi casa a buscar en Youtube ese capítulo donde Herrera cacha que su señora se lo caga. Después de tanta sofisticación y libertinaje europeo, necesitaba volver a casa, pues mi infancia no fue muy distinta a la de los ochenta… Mi viejo era más choro, tenía más plata, pero era igual de trabajador, de estricto, machista y conservador... Para él nada de webadas raras… y te juro que cuando vi la escena en que le manda el sermón a su hija sobre la política y la universidad, me emocioné. Puta, soy un csm, pero tuve una infancia feliz, con unos viejos más predecibles que la chucha. Es más, siguen igual. Mismo barrio, los mismos negocios, en la misma comuna. ¡Y los siguen administrando ellos mismos! En su momento los odié precisamente por esto, pero ahora echo de menos esa vida fome de los ochenta y noventa…

¿Qué es lo que odiabas de tus viejos?

Que vivían y siguen viviendo cagados de miedo… Siempre asegurados. Siempre pensando que te van a cagar, que te van a robar, los de arriba y los de abajo. Y puta, yo quería una webada distinta, estudié derecho para salir de los negocios familiares, para salir de la comuna… pero en el fondo, pese a ser socio fundador de un prestigioso estudio y pese a estar casado con una rusia del barrio alto, soy un buen comerciante como mi viejo. Esa es mi gracia y por eso el viejo de Ricardo vio algo en mí, pues soy todo lo contrario a su hijo…

¿En qué sentido?

Ricardo tiene el nombre y apellido de su papá y ahora que me las doy de psicólogo, supongo que el weon tenía que diferenciarse de él. En la escuela compartía con Ricardo el gusto por la literatura, pero a este weon de verdad lo que más lo movía era la música y el arte. Básicamente estudió derecho por obligación, tradición y conveniencia. Un cagón, pero igual fuimos mejores amigos. Nos complementamos, pues él es volado y siempre busca algo más allá y yo soy muy concreto y práctico. Lo mío es ganar plata. Por eso don Ricardo me ofreció hacer carrera de socio en su estudio, pues así lo ayudaba con mi amigo.

¿No te interesó hacer carrera en un estudio tradicional?

Salvo don Ricardo, los demás socios eran unos amermelados… y siéndote super sincero… yo no encajaba por mí mismo, sino por ser el amigo de Ricardo. Por eso, cuando le dije a don Rico que quería armar mi cuento, me apoyó al toque, pues me llevaba a su hijo conmigo… En el fondo, le sacaba un cacho de encima, pues pese a todos sus amigos y conocidos, no vendía ni un helado en verano arriba de la micro…

Dos mundos distintos

Exacto… quería pertenecer a uno del que ahora me arrepiento, pues te juro que no entra en mi cabeza que Emily y Ricardo me pidan tanta comprensión. No, lo que a mí gustaría ahora es tener un amigo como Exequiel de los ochenta, ese compadre que te tranquiliza a chuchada limpia, que te dice que llores todo lo que tienes que llorar… Ese weon que te hace ver que la infidelidad es una mierda… pero que es parte de la vida… ese compa que te dice las cosas como son… tu mujer se está acostando con otro weon… en mi caso… weona… Ricardo no po, al igual que Emily, me dicen que tengo que cambiar la mirada y empezar a ver oportunidades donde veo amenazas. No sé, tal vez me vista como un ser sofisticado, pero para estas cosas soy un cavernícola. Hubiera preferido escuchar las brutalidades de Exequiel, que me dijera que tal vez el amante de Pilar es mejor para la cama que yo, que la tiene más grande… Un amigo que aunque te entienda, te recuerde que no te podis matar porque tenis cabros chicos… puta… una webada normal… y no este cuento de la felicidad, de la libertad, de la aceptación… de verdad no sé procesar que me caga mi señora con una weona y que esa webada es normal...

Pareja

¿No es normal?

Paren la webada, en mi mundo esto no es normal, es una tragedia y a lo Juan Herrera me dan ganas de pegarle un mangazo a la Pilar. Exigirle respeto, que se quede en la casa con los niños y que se deje de pensar en Emily. ¿Cachai que anda con cara de cordero degollado? Y anda con el discurso que no sabe que hacer, que nos ama a los dos. Que Emily está dispuesta a todo, que sus amigas la apoyan y la entienden… y más encima el maricón de Ricardo me cuenta de todos sus amigos huecos que hacen webadas parecidas (silencio). Por supuesto, es tan normal la webada, que todos viven fuera. ¿Tendremos que irnos a vivir a Londres o Nueva York para ser una familia distinta? Puta Sebastián, no puedo. El troglodita que está en mí no puede, pero tampoco sé que voy a hacer sin Pilar, sin mi familia y con esta historia en mi currículum. Me imagino los titulares del LUN. Prestigioso abogado de la plaza demanda a su señora por tortillera… No sé… no sé qué chucha hacer…

¿Has hablado de esto con tu familia?

Solo para que te hagai una idea… Mi viejo, hasta la fecha, tiene un machete debajo del mesón donde atiende y en la pieza que está detrás del mesón tiene todo tipo de fierros. Tiene varios locales y en todos repite el modelo. Weón, tiene 75 años. Varias operaciones en el cuerpo y enfermedades crónicas y aún así anda en una camioneta gigante acarreando mercadería, la misma con la que se va a la parcela todos los fines. Es de asados grandes, de tele grande, ruidoso. Y cuando toma, siempre deja la cagada. Dicho todo esto… ¿tu crees que le puedo contar a mi viejo que mi señora me caga con una pendeja y que yo no sé qué hacer?

Machete… fierros…

Todo el rato. La Tere, mi hermana mayor, que fue la que empezó con el cuento de que Pilar andaba pa’ rriba y pa’ bajo con Emily, fue la primera en decirme que no fuera decirle nada a mi papá. O lo matas o te mata.

¿Y qué vas a hacer de aquí a la próxima semana?

Voy a hablar con la Tere, mi hermana, para ponerle un poco más de cabeza a este asunto. Ella también es abogada y es igual de troglodita que yo. Necesito escuchar las barbaridades que nunca quise escuchar, necesito saber todas las cosas que no quise saber y ver todas las webadas que me negué a ver. Igual te confieso que estoy cagado de miedo, pues cuando la Fiera se mete… no hay marcha atrás…

Continuará…

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