En el estudio participaron 54 personas de 18 a 39 años, que se dividieron en tres grupos. Todos debían escribir ensayos para el SAT (el examen de ingreso a las universidades de Estados Unidos), pero utilizando distintas herramientas.

Un grupo usó ChatGPT, otro un motor de búsqueda de Google y el otro ninguno de los anteriores.

Mientras escribían, los científicos les hicieron un electroencefalograma para registrar la actividad cerebral de los participantes.

En total, fueron tres sesiones donde completaron la misma tarea. En la cuarta sesión, se pidió al grupo de ChatGPT que escribiera un ensayo sin herramientas, y al grupo de que utilizó nada, que usara Chat GPT como apoyo.

Los resultados fueron preocupantes.

“De los tres grupos, los usuarios de ChatGPT eran los que tenían un menor compromiso cerebral y ‘rendían sistemáticamente menos a nivel neuronal, lingüístico y conductual’“, consignó el estudio.

El grupo que solo utilizó el cerebro exhibió las redes más fuertes y de mayor alcance; el grupo que utilizó el motor de búsqueda mostró una participación intermedia; y el grupo con asistencia Chat GPT, mostró las redes neuronales más débiles.

La investigación sugiere que el uso de la IA, podría perjudicar el aprendizaje de sus usuarios, especialmente el de los más jóvenes.