El fabricante de automóviles francés Citroën pidió el martes a los propietarios de sus modelos C3 y DS3 en Europa equipados con airbags Takata potencialmente defectuosos que dejen de conducir inmediatamente los vehículos, después de que una mujer muriera en Francia este mes.

Se trata del último movimiento en un escándalo de retiros que data de 2014, después de que los investigadores determinaran que las bolsas de aire habían causado varias muertes porque explotaron al desplegarse en un accidente.

A principios de este mes, el gobierno francés instó a Citroën, parte del grupo Stellantis, a emitir una orden de inmovilización inmediata a los propietarios de los modelos afectados después de que una mujer de 37 años muriera cuando el airbag de su coche funcionó mal durante un accidente, proyectando piezas hacia ella.

Se trata de la decimotercera muerte relacionada con los airbags defectuosos en decenas de accidentes en Francia, según la fiscalía.

Hasta ahora, Citroën solo había pedido a los conductores que pidieran cita para la sustitución de los airbags, un proceso que se lleva a cabo por etapas desde principios de 2024, pero no les había dicho que dejaran de conducir los vehículos.

“Dadas las circunstancias, hemos decidido emitir una orden de stop drive para acelerar su reparación”, declaró a la AFP el director general de Citroën, Xavier Chardon.

La orden afecta a unos 441.000 vehículos C3 y DS3 en Europa, que se suman a los cientos de miles que Citroën ya ha retirado del mercado desde principios del año pasado.

Otros fabricantes importantes, incluidos Volkswagen, Nissan, BMW y Toyota, han retirado del mercado millones de vehículos que contienen airbags.