Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) son un grupo grande y complejo de sustancias químicas sintéticas que se han utilizado en la industria y los productos de consumo desde la década de 1940.

Con el tiempo, se han utilizado en diversos productos, como utensilios de cocina, ropa, espumas ignífugas, materiales para viviendas entre otras.

A pesar de los esfuerzos por reducir las PFAS en todos estos productos, estas sustancias químicas se han infiltrado en el medioambiente. Como no se descomponen, a veces acaban en aguas subterráneas o superficiales utilizadas para el consumo humano.

De ahí, se filtran de los recipientes de plástico y de los utensilios de cocina antiadherentes a los alimentos y se acumulan en órganos vitales, lo que aumenta el riesgo de insuficiencia orgánica, infertilidad y algunos tipos de cáncer.

Según el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de EE.UU., la vía más probable de exposición a las PFAS es el consumo de agua o alimentos contaminados.

Científicos descubren alimentos que eliminan para siempre los “químicos eternos” que causan cáncer

Pero ahora, científicos descubrieron de combatir y filtrar estas peligrosas sustancias químicas que pueden provocan cáncer: comer más fibra.

Según un estudio de la U. de Boston (EE.UU.), publicado en revista Environmental Health, la fibra ayuda a filtrar el exceso de bilis del tracto digestivo, al cual se adhieren los PFAS para ser absorbidos por el torrente sanguíneo.

En su investigación, los científicos compararon a hombres que tomaron un suplemento de fibra tres veces al día con aquellos que tomaron un suplemento a base de arroz durante cuatro semanas.

Los análisis de sangre revelaron que los que tomaron un tipo especial de fibra, conocida como betaglucano, presente en hongos, levaduras, avena y cebada antes de cada comida durante cuatro semanas tuvieron una reducción del 8% en estos PFAS, llamados también “químicos eternos”.

Si bien muchas investigaciones han demostrado los efectos mortales de los químicos permanentes en el cuerpo, el nuevo estudio es uno de los primeros en ofrecer una forma científicamente probada de deshacerse de las toxinas, que se creía que vivían en el cuerpo para siempre.

El problema, es que no mucha gente consume fibra. Un estudio sobre consumo de fibra en Chile llamado “Ingesta de fibra dietaria en Chile: a 13 años del último reporte nacional”, realizado por académicos Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián (USS), reveló que el 90% de los chilenos no alcanzan el consumo recomendado de fibra.

La recomendación de la OMS, es de una ingesta de 25 gramos diarios en adultos, mientras que el Consejo Asesor en Nutrición del Reino Unido sugirió aumentarla a 30 gr/día, que puede modificarse de acuerdo con las características individuales de la persona y eventual presencia de patologías que requieren disminución del consumo de fibra dietaria.

Así fue el estudio que descubrió los alimentos que eliminan para siempre los “químicos eternos” que causan cáncer

El estudio, publicado en la revista Environmental Health, analizó a 72 hombres adultos de entre 18 y 65 años con niveles detectables de PFAS en la sangre.

De ellos, 42 consumieron un suplemento de un gramo de betaglucano de avena, un tipo de fibra que se encuentra naturalmente en la avena, los hongos y las semillas, tres veces al día, unos 10 minutos antes de una comida.

Los otros 30 participantes consumieron un suplemento de control a base de arroz.

Los investigadores recolectaron muestras de sangre de cada participante antes y después del experimento de cuatro semanas. Cada prueba buscó 17 tipos de PFAS.

Al inicio del estudio, el 70 por ciento de los participantes tenían 11 de las 17 formas de PFAS en la sangre, y había cinco formas en la sangre de cada participante.

El estudio encontró que los hombres que tomaron el suplemento de fibra vieron una disminución del 8% en el ácido perfluorooctanoato (PFOA) y el ácido perfluorooctanosulfónico (PFOS), que se consideran dos de las formas más peligrosas de PFAS.

Se ha demostrado que el betaglucano se une a los PFAS en el sistema digestivo, lo que podría ayudar a eliminarlos.

Si bien la reducción observada fue modesta, los expertos dijeron que es un primer paso importante, especialmente porque los PFAS son famosamente difíciles de eliminar del cuerpo.

“A pesar de las crecientes preocupaciones sobre la toxicidad de los PFAS, las intervenciones específicas para reducir los niveles de PFAS en el cuerpo son limitadas”, escribieron los investigadores.